Cuando alguien pregunta ingenuamente por qué la televisión en España es tan moral e intelectualmente deprimente, los especialistas dicen: "la audiencia manda". Ya no se puede forzar a la gente a "soportar" El Conde de Montecristo o La clave, pudiendo ver (y mandar sms a) las peleas barriobajeras, los pseudorrobinsones o las confesiones públicas familiares más o menos forzadas. Si le colocas al personal un programa, pongamos por caso, de matemáticas, no dura en la parrilla ni cinco minutos.
Pues bien, esta mañana, como está lloviendo a mantas en Kioto, he estado viendo y oyendo (que no entendiendo) un programa de matemáticas para jóvenes en la NHK E. La parte de mi cerebro dedicada a las matemáticas está atrofiada desde 1978 (+/-) y, por otro lado, estoy intentando aprender japonés, así que he matado dos pájaros y el tiempo de un tiro. Diga quien sepa si es usual ver estas ecuaciones a toda pantalla en una televisión de España (nacional, autonómica o local, sobre todo local). Tengamos en cuenta, además, que se trata del país que está inundado de mangas y que inventó la Wii y la PSP. No, no me digan que las inventaron para evitar estos programas. En ese caso ya no habría rastro de ellos. Más bien se me ocurre que los que las inventaron habían visto estos programas (o similares) cuando eran pequeños. Ahí van unas fotos. El señor del conejo de madera y el pañuelo en el pelo es el profesor.
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