27.1.12

De Cádiz a Kioto

Si llego a saber esto que ahora sé y que paso a contarles, habría quedado la mar de bien en aquella charla que di el verano pasado. Voy lo más al grano que pueda, para no incurrir en la pesadez de la entrada anterior.
Buscando por esos e-mundos las posibles influencias del budismo en el cristianismo (aficiones incomprensibles de funcionarios ociosos), he dado con que está muy estudiado el papel de los griegos en la difusión de ideas orientales en occidente y viceversa.
Al parecer, tras la conquista de Alejandro Magno se establecieron relaciones culturales, matrimoniales, religiosas... entre el norte de la India, Irán, Afganistán (Bactria), China y el extremo oriental del Mediterráneo (Siria, Fenicia).  El rey indio Asoka (que renunció a sus conquistas y guerras tras convertirse al budismo) mandó emisarios hasta Egipto incluso, allá por el siglo IV o III a.C. (que como saben, significa antes de Cristo).
Así que por la ruta de la seda, esas tierras, que hoy son feudo de talibanes, sijs, integristas y marines rapados, y este entramado de reinos euroasiáticos (reino indogriego, el imperio Kushan...) circularon estilos, ideas y productos de lo más variado.  Se dice que el Buda pudo haber tomado los conceptos de ecuanimidad, distanciamiento o la realidad como falsedad... de los filósofos griegos escépticos y sofistas.
Pero el detalle que les quiero resaltar es que la iconografía de los dioses griegos pasó a las representaciones de Buda, a quien se puede ver junto a Vajrapani, un dios protector, que se parece demasiado a Heracles o Hércules, el mismo que luce palmito con dos leones en el escudo de Cádiz y Andalucía.  Cuando este dios llegó a Japón se duplicó y se colocó a los dos lados de las puertas de entrada de los templos budistas.  Allí  se conoce con el nombre de Nio.

Herakles

Buda y Vajrapani (Museo Británico)

Nio de un templo de Nara. (Nio es el grande de atrás)

En este contexto quizá se explique mejor aquella serendipia literaria con la que me tropecé este verano.

NOTA BENE: Algunos/-as estarán pensando que tiro demasiado del hilo (¿de seda?) para intentar unir dos puntos del mundo tan distantes por razones sentimentales. Y lo mismo no les falta razón. Yo me limito a contar lo que leo y a decir lo que pienso (o al revés).
Por cierto, y hablando de Cádiz, no se pierdan la chirigota Viva La Pepi, con las limpiadoras del oratorio de San Felipe Neri, donde se firmó La Pepa en 1812. Cai, Kioto, musho arte.

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