21.6.11

Crónica de un éxito anunciado

Eran más o menos la siete y media de la tarde. Pasábamos Mª Ángeles y yo por calle Alcazabilla y nos dirigíamos al hotel Molina Lario a probar sonido con los músicos que iban a adornar el recital-presentación de A estas alturas. En una terraza a pocos pasos del teatro romano encontramos a Aurora Luque y José Antonio Mesa. Nos saludamos y éste último abandonó la tertulia para venirse con nosotros hacia el hotel. En el camino me anunció que iba a hablar poco en la presentación y que me dejaría a mí todo el protagonismo. Eso me causó un ápice de nerviosismo, hasta ese momento totalmente inexistente. Llegamos al maravilloso patio del hotel y llegaron los músicos y los grabadores de vídeo cada uno a su ritmo.
Aquí fue precisamente donde/cuando se fraguó el éxito del recital, porque entre José Miguel, Garbiñe, Rocío, Eduardo, Susana, Mª Ángeles, Emilio, mis dos hermanos, Monticruz y Rafael Antonio y la inestimable colaboración de Antonio Meliveo, se creó un ambiente de relajación profesional que propició lo que vendría después.
José Antonio Mesa no cumplió su palabra y me sorprendió con unos prolongados elogios inmerecidos, mojados en un sutil sentido del humor, que sirvieron para relajarme.
Luego empecé a hablar y de eso no les cuento nada, porque no me escuché. Agradecí la invitación, dediqué el recital a Roberto González, Dámaso Chicharro y Fina García Naranjo y leí el poema que da título al libro. Hasta entonces todo había ido bien, pero a partir de que Susana empezara a cantar "Come fly with me" llegó la magia. Entre la sorpresa por la inclusión de canciones en el recital y la sorpresa por la voz de la cantante, aquello tomó unos tintes etéreos. A pesar de un problemilla técnico con mi micrófono cuando leí "Poética a Fina", acompañado del saxo intenso y suave de Emilio Lobato, todo fue a mejor (si cabía). La relajación se instaló en el público y se llegó a aplaudir tras la lectura de varios poemas, hecho inaudito e inédito en este tipo de actos. La voz profunda de José Miguel ("Like a bird") hizo que el presentador me comentara in situ que creía estar en un concierto de Leonard Cohen. Y en el momento en que Eduardo Retamero activó sus dotes humorístico-musicales con su magistral interpretación de "Volare", ya fue el acabóse (aunque aún no había acabado) y el público se puso a cantar y a bailar incluso delante de la cámara que grababa el evento. Cuando mi hermano Monticruz cantó y tocó "Volando voy", pues ya estábamos en los límites de la juerga y el despendole. Se pidieron bises y se repitió parcialmente el último tema.
Y la cla docente y familiar puso la guinda al pastel con su gritos y sus aplausos.
Una noche que difícilmente olvidaremos ninguno de los que la hicimos posible ni, espero, de los que la disfrutaron.
Gracias a todos.
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Cuando terminó, ni Fina, ni Lucas, ni Pilar, ni Antonio estaban allí. Esa fue la única pega.

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2 comentarios:

Alberto dijo...

Me he perdido una de las grandes, por lo que veo. 'Gontó.

Enhorabuena, Maestro


Alberto.

Anónimo dijo...

¡Felicidades, Gordo!

Me hubiera encantado acompañarte y presenciar todo el espectáculo.
Me conformaré con ver el vídeo.

Aunque estaba a unos cuantos kilómetros de distancia también tengo la excusa de que a esa hora estaba rodando una escena de la película "Grupo 7" con Antonio de la Torre y Mario Casas.

Saludos y enhorabuena.

Mandi.