11.6.11

Anécdota kiotesca gastropoética


Nos cuenta nuestra corresponsal en Kioto que ayer fue a cenar al centro. El restaurante, como viene siendo costumbre desde marzo, estaba completamente vacío de extranjeros. El efecto de las sucesión de desastres está siendo igualmente desastroso para la industria turística. Reacción en cadena lo llaman. Pues bien, la comida era excelente y el servicio era exquisito. El camarero cortaba el pescado in situ y lo colocaba artísticamente en la caja de bento, junto a unas flores decorativas que luego el cliente se puede llevar a casa. Al final te regalan unos abanicos decorados con motivos florales e (in)descifrables kanjis con los nombres de las geishas de la zona. Pero lo mejor de todo es que el mismo camarero que sirve y corta, acompaña los platos con caligrafías de poemas de los que él mismo es autor.
Ahí queda eso. Tomen nota Juan Mari Arzak y Luis García Montero. Buen provecho.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La visita al restaurante ha sido hoy mismo, a la hora del almuerzo, cuando suelen llenarse más los restaurantes, puesto que cuestan la mitad. Si venís a Kioto, os daré la dirección. El camarero os atenderá de maravilla, como todos los japoneses, claro.

JODIDOS (la minina y el sietemesino) dijo...

Buenas tardes.
Por aquí ando dando una vuelta y leyendo tus cositas. Me gusta bastante el blog, así que, si no te importa me hago seguidor de él.
Este es, por si te apetece pasarte, el mío:


http://hayquejodersepuntocom.blogspot.com/

Un saludo y buen fin de semana.