Esta mañana hemos tenido a Camilo de Ory en nuestro centro. Ha leído sus poemas y ha contado a alumnado y profesorado vivencias y creencias sobre el mundo y la poesía.
Persona entrañable con la que es fácil conectar, ha demostrado un alto poder de empatía con el público juvenil. Creo que ha sido una hora memorable para muchos de los que hemos asistido.
Vayan un par de poemas suyos como ejemplo y agradecimiento.
FRONTERA SUR
Oiga, con mi caballo
nada me queda lejos;
llaneo bien, campeo,
sé que puedo alcanzar
Pecos en un suspiro;
llegar antes que usted,
bañarme en un barreño
-dejar el agua negra-,
mandar la ropa al tinte
a que la lave un chino
y esperarla en la cama,
fumándome un cigarro.
Oiga, con mi caballo
nada me queda lejos;
llaneo bien, campeo,
sé que puedo alcanzar
Pecos en un suspiro;
llegar antes que usted,
bañarme en un barreño
-dejar el agua negra-,
mandar la ropa al tinte
a que la lave un chino
y esperarla en la cama,
fumándome un cigarro.
ASÍ EXISTE ESTE AFECTO
Igual que el agua quema
si hierve,
como el descanso agota
y el no comer acaba con el hambre
y una cerveza quita la resaca;
como termina el viaje
al alcanzar el punto de destino;
como da sed el vino,
como es posible hablar sin decir nada;
como crecen las uñas de los muertos,
existen los afectos.
Igual que el agua quema
si hierve,
como el descanso agota
y el no comer acaba con el hambre
y una cerveza quita la resaca;
como termina el viaje
al alcanzar el punto de destino;
como da sed el vino,
como es posible hablar sin decir nada;
como crecen las uñas de los muertos,
existen los afectos.
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