Hay películas que nos hacen concienciarnos sobre asuntos muy duros, sobre injusticias indiscutibles, sobre polémicas olvidadas, sobre cuestiones trascendentales... pero sucede a menudo que tales problemas, tales trifulcas y avatares nos pillan un poco lejos en el tiempo y/o en el espacio. La película que vi anoche (Noise, dir. Henry Bean) trata de un drama más cercano pero más imperceptible por lo asiduo, consabido y familiar: el ruido. No se trata de una grandísima obra por sus efectos especiales, ni por su sintaxis. Los actores principales están bien (Tim Robbins, Margarita Levieva, William Hurt). Como digo, nada del otro jueves. Lo interesante radica en que trata un tema que tenemos delante de nuestras narices/oídos y que no abordamos por miedo, desidia o incivismo pasivo. Cuando el protagonista empieza a actuar contra las alarmas de los coches de Nueva York, un juez lo acusa de "quijotismo". Vaya, a ver si el viejo loco de la escupidera en la cabeza va a resultar beneficioso para nuestra salud.
Ahora que corren tiempos de prohibiciones olfativorespiratorias, a lo mejor vendrían bien algunas restricciones acústicas. Luchemos por el silencio, o al menos, por la ausencia de ruidos. Bajémosle los decibelios a nuestra vida cotidiana. Ya lo dijo Confucio: "El silencio es el único amigo que jamás traiciona".
1 comentario:
Tienes razón tema novedoso, película flojita. Si se trata de temas, la de Christopher Nolan "Origen" plantea otro también novedoso para el cine, aunque no para la psiquiatría "Inducir a un sujeto dormido con una idea distinta para hacerlo diferente cuando despierte". Más presupuesto. Muy buena interpretación de DiCaprio. Emoción tensa, y un final al que llegas casi exhausto; sobre todo cuando se superponen diferentes níveles del sueño.
Con respecto a la cita de Confucio, hace mucho tiempo que permanezco en silencio. Y debo decir que se acabaron las traiciones de los amigos.
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