28.7.10

El ruedo ibérico

Coincidiendo con el desvaimiento de las banderas y la hipotensión informativa estival, surge de sus cenizas ardientes el famoso tema del cainismo hispánico. Caliente aún la copa del mundo y la euforia panhispánica, llega el debate taurófobos / taurófilos.
El tema en sí es una ceremonia de la confusión digna de un filósofo deconstructivista. Vueltas y revueltas a colecciones ingentes de argumentos históricos, artísticos, éticos, estéticos, raciales, políticos, personales... Que si Jovellanos, que si Picasso, que si los frescos de Creta, que si el minotauro, que si los portugueses, que si el paté de oca, que si los pollos hacinados, pues anda que tú, pues anda que los japoneses con el atún, pues anda que la España cañí y "Los toreros muertos"... Moraleja: a los españoles no les gustan ni los toros, ni las vacas, ni los pajaritos del campo, lo que les gusta es simplemente discutir. Quizá por eso la "fiesta" "nacional" ha cuadrado tan bien en el imaginario ibérico: o tú o yo, uno de los dos tiene que morir esta tarde.
La algarabía sociomental ha alcanzado un nivel tan alto de entropía, que excepcionalmente (con el permiso de la autoridad y si el tiempo no lo impide) los partidos políticos catalanes han dado libertad de voto.
Y si uno está tan perdido que recurre al argumento de autoridad, pues entonces es peor. Hay intelectuales, juristas, escritores, periodistas, cantantes, centrocampistas, políticos y pintores imbéciles en las dos listas. Hay gente decente y de buen corazón en ambas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo. Feliz verano