Todos somos tiquismiquis. Cada cual se molesta cuando se le toca el más mínimo matiz de su incumbencia. Los gramáticos abominan de las "portavozas", los obispos, de las blasfemias en distinto grado; las feministas, de los matices acerca de la presunción de inocencia. Y así los taurinos, los antitaurinos, las nacionalistas, las por y los contras...
Nos creíamos que el apocalipsis iba a ser una fanfarria de caballería... SEGUIR LEYENDO...
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