Lo hemos visto nacer y crecer. Ahora lo vemos partir. Al arroz que tantas veces hemos fotografiado desde la ventana y en los paseos por el barrio de Neyagawa le ha llegado el momento de la cosecha. Como le pasaba a Caulfield con los patos de Central Park en El guardían entre el centeno, ignoro dónde estarán las miles de ranas que acunaron nuestro sueño durante meses.(SEGUIR LEYENDO)
No hay comentarios:
Publicar un comentario