3.8.12

Profecía azteca

Hace unos días me tropecé con una cadena televisiva ahorradora, que repone películas generalmente deterioradas o/y olvidadas.  Así que me puse y vi algunos trozos de una discutible pero entrañable cinta de Cantinflas de 1971 llamada El profe. Es una defensa de la educación y un ataque al caciquismo, al analfabetismo, a la pereza y al alcoholismo muy inocente, pero quizá muy efectiva. Algunos de los secundarios eran actores del posterior Chapulín colorado.

Mario Moreno me resulta un personaje ambivalente, una mezcla de populismo, surrealismo, conservadurismo y deconstructivismo lingüístico que me atrae y repele a partes iguales.  Es también el maestro de los decidores vacuos como Ozores o Chiquito de la Calzada, que dicen más sin decir que otros diciendo. Hace poco la balanza se desequilibró en su contra, porque me enteré de que participó en el boicot que organizó Jorge Negrete contra mi paisano, exiliado y republicano, Miguel de Molina, cuando este anduvo por aquellas tierras de tacos y tequilas.  

Pues bien, a lo que iba, en una de las escenas de la película había que averiguar quién le había puesto una bolsa de huevos a Cantinflas en su silla para que se sentara encima.  El profesor hace un experimento de psicología social y pensamiento lateral digno de Edward de Bono.  Reparte "cerillos" (cerillas) de una caja y explica que el culpable será quien tenga el cerillo más largo.  Movido por el terror a ser descubierto, un alumno recorta el suyo y de esa manera se delata. Y entonces viene lo mejor.  El profe le pregunta: "A ver, ¿cómo te llamas?" y el niño responde "Felipe González". Menos mal que no se llamaba José Luis Rodríguez, porque entonces se convertiría en una película de culto para un cuarto de los españoles (hace dos meses eran más).

(Por cierto, acabo de leer que el ex-presidente se ha casado. Felicidades, vivan los novios, etc.)

Cantinflas dándole un tirón de orejas a Felipe González,
que parece un protagonista de Verano azul.

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