7.2.10

Ise

En la ciudad de Ise se encuentra el santuario shintoísta más importante de todo Japón. Allí se venera uno de los tres atributos divinos de la casa imperial, el espejo del que se sirvieron ocho millones de dioses kami para sacar de una cueva a la diosa sol Amateratsu.

Para acceder al santuario interior o Naiku, hay que pasar un puente de madera, Uji-bashi (casualmente tiene el mismo nombre que el pueblo que está cerca de Kioto, donde nos quedamos varios días después). Esta construcción, como todas las del complejo de templos, es destruida y vuelta a construir fiel y minuciosamente cada 20 años. En concreto el puente acaba de ser reconstruido hace unos meses y la madera de ciprés presenta una tersura y limpieza impresionantes.



Los jardines, que sacaré en distintas tandas de fotos, son para estar horas y horas paseando y haciendo fotos.



El sagrado río Isuzu, que recorre el territorio del parque de Naiku.


Este es el recinto más sagrado de todos, donde está el espejo de Amateratsu. No se pueden tomar fotos más allá de los pies de la escalinata. En el interior vimos una ceremonia simple y genuinamente japonesa. Familias de tres o cuatro miembros (niños inlcuidos), vestidos de punta en blanco iban pasando a una especie de patio con el suelo de piedras toscas y sueltas. Era curioso ver a las señoras con los tacones y a los niños desequilibrándose, pero todos siguiendo con un grandísimo respeto al sacerdote que los lleva hasta el centro del recinto. Una vez allí hacen un par de saludos y regresan sobre sus propios pasos.


Ésta es una de las edificaciones que forman el complejo de templos. Son cabañas con techo de paja y unos salientes que prolongan el plano de la cada una de las dos aguas del tejado.

Y este arce espectacular, del que hice algo así como diez o doce fotos.

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