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Una foto a tamaño natura de Ahmed
en la puerta de la tienda
informando de que habla
inglés, árabe y japonés. |
Esta tarde hemos tenido una experiencia multicultural extrema. Hemos ido a una compañía de telefonía a hacer una consulta en Osaka, en la zona de Dotombori. Por suerte había un muchacho que hablaba inglés mucho mejor que bien, así que todo ha ido como la seda. Al final de la consulta el joven se ofreció para cualquier otra duda que tuviéramos y que su compañero, que estaba mirándonos a su lado, también hablaba inglés. Pero hete aquí que el tal compañero tenía una pinta y una tarjetita identificatoria que rezaba "Ahmed". Al oír que éramos españoles se acercó y nos habló un poco en español. Le preguntamos de dónde era y dijo que egipcio. Y entonces ya comenzó el lío poliglótico porque un servidor, le preguntó en árabe si lo hablaba. Cuando Ahmed oyó hablar en árabe cambió radicalmente su actitud "japonesa" y empezó a dar voces y carcajadas, a la manera de un vendedor de teteras de El-Jalili. Ya puestos, seguimos hablando en árabe y nos contó que llevaba trece años en Japón y que su mujer estaba en Egipto. Comentamos un poco la situación de su país y ya nos despedimos. Le faltó poco para plantarme dos besos a la manera árabe. Me agarró de la manos y me dijo "Assalam alaikum".
Ha sido un encuentro entrañable de mediterráneos a orillas del Pacífico, sobre todo teniendo en cuenta la que está cayendo y la que está a punto de caer.
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