28.4.13

La cama de Procusto


Este es el extraño título de un libro de Nicholas Nassim Taleb, de quien ya he hablado elogiosamente en otras ocasiones.  Dicen los mitólogos que Procusto era un posadero malvado y perverso que invitaba a la gente a dormir en una cama.  Cuando el invitado estaba tumbado, lo ataba y miraba si la cama le venía grande o pequeña.  Si sobraba cuerpo, cortaba cabezas o pies.  Si faltaba, estiraba torturando hasta que encajaba a la perfección.  Teseo desmontó semejante negocio sádico haciendo probar a Procusto su propia medicina.

Este mito se usa para dar nombre a cualquier operación que tenga como objetivo forzar los datos para que encajen con las ideas preconcebidas.  Taleb ha recogido en este libro una colección de aforismos que giran en torno a varios temas, entre ellos la deformación de la realidad que provocan las teorías y las ideas preconcebidas.  Se coloca, pues, en el bando del empirismo, de los que aceptan la realidad tal cual es, sin distorsionarla con a prioris tajantes o castrantes.  En este sentido también se acerca un tanto al zen, que busca centrarse en el presente y en la realidad tal cual es, sea esta una rana que salta en un estanque o lo que sea.

Me pregunto cuántas veces habré (¿habremos?) querido y forzado que una mosca fuera un cisne o una derrota, una victoria (y viceversa).

Aquí van algunos aforismos tomados al azar y traducidos como buenamente he podido:

- "Cuando tengas un conflicto entre dos opciones, no escojas ninguna".

- "A las naciones-estado les gustan las guerras; a las ciudades-estado les gusta el comercio; a las familias, la estabilidad y a los individuos les gusta el entretenimiento".

- "El racionalista imagina una sociedad libre de imbéciles: el empirista, una sociedad a prueba de e imbéciles o, incluso mejor, a prueba de racionalistas".

- "Todos están de acuerdo en que la habilidad para jugar al ajedrez solo sirve para jugar al ajedrez, pero no lo están en que la preparación académica (casi) solo prepara para ella misma".

- "Los juegos fueron creados para dar a los que no son héroes la ilusión de ganar".

- "Los antiguos sabían muy bien que la única manera de entender los sucesos es causarlos".

- "Para llegar a ser un filósofo empieza por andar muy lentamente".

- "Una amenaza verbal es el certificado de impotencia más auténtico".

- "El amor sin sacrificio es como un robo".

- "Nunca se debe explicar un aforismo.  Como la poesía, es algo que el lector tiene que comprender por sí mismo."

26.4.13

Ecuanimidad

Recomiendan los sabios no incurrir en los excesos y comparto el consejo, pero creo que merece la pena matizar cuantitativamente cuándo podemos decir que estamos pasándonos en algo.
Pongamos un caso práctico.  Fumar y no fumar son posturas radicales ¿lo ecuánime sería fumar poco, pongamos cinco o seis cigarrillos al día?  Para algunos resultará excesivo leer un libro al mes, para otros, lo será leer uno cada tres años.  Y no sigo, para no caer yo también en el supuesto exceso.
Esta reflexión previa viene al hilo de dos sucesos que me han ocurrido en menos de 24 horas.  Ayer por la noche resultó premiado un trabajo audiovisual muy cercano a mi familia, y esta mañana, hace apenas una hora he sido testigo de un acto académico en el que he estado involucrado también tangencialmente y que me ha sumido en un estado cercano a la euforia.
El departamento de Lengua Castellana y Literatura del que formo parte ha organizado la entrega de premios del certamen anual de relatos y poesía.  Casi cien alumnos y alumnas de entre 12 y 17 años han permanecido atentos y respetuosas durante una última hora de un viernes a las lecturas y recitados de los textos premiados.  A continuación ha habido un pequeño homenaje al El Principito con motivo del 70º aniversario de su publicación.  De nuevo todos han demostrado un interés y respeto dignos de elogio e impropio de un país que trata a la cultura como suele tratarla, desde el punto de vista mediático y fiscal.  Y para terminar una serie de alumnos han interpretado unos monólogos hilarantes, que ha concluido con un homenaje e imitación de Gila, a cargo de un alumno de 2º de ESO.  El interés ha sido tal que, a pesar de haber tocado la sirena que marca el final de la jornada, ni uno ni una se ha movido de su sitio y han permanecido embobados oyendo aquello de "¿Está el enemigo? Que se ponga".
Pasen pues los apocalípticos y vean.  Contra la crisis de la educación, contra la crisis de los valores, contra la crisis en general, el trabajo, el entusiasmo y el saber hacer de la gente que quiere hacer cosas, en lugar de quejarse de las que no hacen o hacen mal los otros.
Así que hoy, hasta ahora por lo menos, es el día de la euforia, que ya llegaran otros para la melancolía y taciturnismo.  Lo que no es ecuánime es dejarse (con)vencer por los segundos y minimizar la felicidad, como si fuera algo de lo que hubiera que avergonzarse.

Gneisenau II

Acabo de llegar a las tantas (no sé quién programa la agenda del Festival del Cine de Málaga) de las entrega de los premios de Videocreación en la que, como les anuncié, participaba Gneisenau, de MangAncha L.C.P. de la que forma parte uno de mis hermanos.  Pues bien, se acaban de llevar hace casi minutos el Premio a la Mejor Producción de Experimentación de la edición de este año.  Todo un honor y un acicate para esta pequeña y humilde productora que ha realizado un trabajo espectacular, dirigido por Antonio Meliveo, que también es el responsable de la banda sonora.   Para colmo de orgullo familiar, mi sobrino es uno de los dos protagonistas infantiles que ponen las voces en off.  No quiero ponerme excesivamente laudatorio, porque son las tantas y ya les conté las bondades de este cortometraje en otra ocasión.  Solo me resta felicitarlos a todos y emplazar a todos ustedes a que vean Gneisenau en cuanto se presente la ocasión.

Aquí les dejo algunas fotos del evento.


Los protagonistas con sus familias.


Un servidor alzando a uno de los protagonistas, Darío Montilla Parra, junto a su hermana Abril y el padre de ambos,
a la sazón hermano mío y corproductor de Gneisenau, Rafa Montilla.

Madres, padres, tíos y demás familia de los protagonistas.

Los premiados en las diversas categorías.

La placa del premio.

Los actores suben a recoger el premio con los productores.

Antonio Meliveo, director y compositor, en el momento de recoger el premio,
junto a Rafa Montilla y Fernando Jiménez.

25.4.13

Seis millones...

...de parados son muchos millones.  Ignoro cuál es el tope de desempleo que puede soportar una sociedad sana y civilizada, como se supone que es la nuestra.  Quizá seamos más civilizados de lo que suponíamos.  O quizá los más civilizados sean esos seis millones, que soportan estoicamente los vaivenes especulativos de banqueros anónimos que provocan crisis monumentales como esta.  Si entendemos como civismo o civilización la capacidad para vivir en sociedad, es decir, de dar para recibir, respetar para ser respetado, etc., los que defraudan enormes cantidades de dinero al fisco (a nosotros, a los parados también), los que falsean cuentas de partidos, los que directamente roban, venden o destruyen lo que es de todos, los que hacen firmar cláusulas abusivas... están poniendo a prueba los límites de la paciencia cívica general.  Por suerte, los jueces ven lícito que la gente proteste de forma pacífica.  Si no fuera así, igual se protestaría de otra forma.
Mientras tanto, los parados siguen con su calvario de currículos, exilios, infracualificación, falta de experiencia y sus excesos de edad.
Si es verdad que la economía se mueve por ciclos y tras esta tempestad vendrá la calma, esperemos que el estándar ético del país haya subido unos puntos y que la próxima crisis sea más leve y, con un poco de suerte, menos inmoral.

24.4.13

Estiofobia intelectual

Continúa el lento pero imparable regreso de Talycual, el grupo de bajo metabolismo (tendente a cero hasta hace bien poco).
En esta ocasión presentamos un tema de carácter evidentemente irónico, sarcástico e hiperbólico.  Esta es la descripción que hemos colocado en You Tube:
"Hemos venido observando que los intelectuales en general presentan una querencia especial hacia el invierno, de ahí su uso excesivo de bufandas, sombreros y jerseys de cuello vuelto.  Esto nos ha hecho pensar que padecen lo que podríamos llamar (también intelectualmente y con nuestro abrigo puesto) una "estiofobia intelectual", que ha dado hasta para una canción y un posterior vídeo.  Todo sin acritud, como dijo aquel.
Al final se puede oír una voz en segundo plano en la que leemos un texto de Sigmund Freud, que no aparece en las fotos porque no hemos conseguido fotos de él fuera de su famosa sala de consultas, la cual, parece ser, estaba bien aislada y "calefactada" o "calefaccionada" o calentita".

Ha sido el trabajo de cinco o seis sesiones de grabación en los estudios Monte Coronado a lo largo de dos o tres meses.
La letra y la música son de Eduardo Retamero (a. el de en medio de Boleros Imperfectos). Él mismo ha tocado la guitarra y ha cantado.  Hay una segunda voz tenebrosa y una lectura en prosa que hago yo, aunque los que me conocen no me conozcan porque he colocado un filtros digitales que lo impiden.  El bajo, los teclado y parte de la percusión la toca un servidor de ustedes al piano.  El resto es una batería sampleada y algún efecto de lluvia y tormenta igualmente digitales.
Esperamos que sea de su agrado y, ante todo, no se lo tomen demasiado en serio.  Si nosotros no lo hacemos, ¿por qué iban a hacerlo ustedes?
Con todos ustedes... ¡¡"Estiofobia intelectual"!!:

http://www.youtube.com/watch?v=Uw6Lg8PQ0Kk&feature=youtu.be

P.S.: Se abre un concurso para que los lectores de este blog relacionen los nombres de todos los intelectuales que aparecen en el vídeo siguiendo el orden cronológico del mismo.  El primero en responder recibirá como premio un abrazo fraternal de los componentes de Talycual, además de un enaltecimiento de su ego particular.


22.4.13

Lo mejor del XVI Festival del Cine Español de Málaga

Como no podría ser de otra manera, esta opinión es muy subjetiva, incluso diría demasiado personal.
Esta tarde he acudido a la proyección de varios cortos de la sección de videocreación.  El motivo de mi desplazamiento ha sido que entre ellos estaba Gneisenau, un trabajo en el que ha colaborado parte de mi familia (mi hermano Rafa como productor y director artístico y mi sobrino Darío como actor principalmente).  De la producción de MangaAncha ya les hablé en su momento y no quiero ser pesado.   Solo añadiré que gana mucho en pantalla grande.  Del resto no hablaré por razones diversas, tales como pudor, vergüenza ajena, desgana, etc.  Muy mala se tiene que poner la cosa para que Gneisenau no gane el premio del público (Antonio Meliveo lo ha reconocido en la pequeña introducción que ha hecho), porque la sala estaba hasta arriba de familiares y amigos, que han aplaudido hasta cuando ha salido el catering en los créditos finales.
Pero no es eso lo que quería resaltar, sino otra anécdota menos cinematográfica.  Uno de los cortos ha sido un derroche medio irónico, medio no irónico, de cuchilladas, sexo, celos, envenenamientos y salsa de tomate.  Al terminar, mi madre, que ha aguantado estoicamente más de lo que era de esperar, ha pedido salir de semejante orgía de hemoglobina.  Al llegar a la puerta de la sala había una limpiadora.  Mi madre se ha vuelto, la ha mirado y ha dicho con mucha guasa y sorna andaluza:
--A esta mujer le ha tocado limpiar toda la sangre.
Para mí, biznaga de oro al mejor guion original.  Luego el jurado que haga lo que quiera.

Antonio Meliveo a la derecha, "apoyao en el quicio" de la mesa, mirando al público
que le dará el premio con su voto (según mi opinión y la suya).

Resarcimiento y fe de erratas

Desde el umbral de mi habitación, aunque sin muletas, les digo: "Lo siento mucho. Me he equivocado y no volverá a ocurrir".
El archivo que subi a Amazon del relato "Papeles rotos" era una versión sin corregir, que estaba junto a la corregida en el disco duro.  Los que ya lo han comprado han detectado las erratas y algunos me las han comentado, lo que agradezco de verdad, sin acritud, antes al contrario, con respeto y humildad.  Voy a subir la versión "buena" cuanto antes y creo que estará disponible a partir de mañana.
Como resarcimiento por el gasto que han hecho, en los próximos días voy a (auto)publicar otro relato que tenga por ahí (lo miraré y remiraré antes) y lo ofreceré gratuitamente urbi et orbi.
Disculpen las molestias.

21.4.13

"Papeles rotos"

Este es el título de un relato que escribí hace unos años y que resultó "agraciado" con el tercer premio del concurso "Vigía de la Costa" de Benalmádena (Málaga).  En casa de mis padres hay una cerámica con un marco de madera que lo certifica.
Se trata de un texto que no acaba de cuadrar con el resto de lo que tengo por aquí guardado (o semi), de ahí que "Papeles rotos" corriera el riesgo de quedarse para siempre en el disco duro (en su momento solo se publicó el relato ganador).  Así que anoche, ni perezoso ni corto, movido por no se sabe qué inspiración mercantilista, me lie la red a la cabeza y lo puse a la venta en Amazon al precio mínimo que permite la empresa, un dólar americano (que traducen ellos por 0,89 euros o 99 yenes).  Sé que los ingresos de la venta no van a suplir lo que el gobierno nos ha reducido a los funcionarios, pero quería entrar en el juego de la autoedición automática.  Podría haberlo regalado, pero me dio el arrebato de la dignidad del creador y además me apetecía observar el experimento de cobrar por un relato suelto, a ver qué comportamiento tenía el público.  Lástima que solo lo puedan comprar y leer quienes tengan el cacharro indicado, o sea, el Kindle (hay un modelo a 79 euros, anímense).
Este es el enlace.
Si fuera una novela, "Papeles rotos" estaría en esa estantería de la "Novela histórica", que tan de moda está y tanto dinero reporta a sus autores.
La portada la he montado con una foto que hice a unos papeles que rompí sobre la mesa y un programa que Amazon pone a tu disposición para salir del paso.

20.4.13

Mi feria de Sevilla

Dice un adagio popular castellano que cada uno cuenta la feria según le va.  Querría ofrecerles ahora mi visión de la de Sevilla.  Creo recordar que he ido dos veces, pero de ellas, sin duda, la mejor es aquella en que fuimos toda la familia (cinco entre padres y vástagos) a bordo de un ínfimo utilitario de marca española.
Para empezar, como otras tantas veces, llovió.  Y sí, la lluvia en Sevilla es lo que es, un engorro de barro, como en todos lados.  Luego mi padre, haciendo una maniobra le dio levemente a un coche, el cual, para nuestra desgracia, pertenecía al parque móvil de la policía municipal hispalense.  Por suerte, la cosa no fue a más y todo quedó en disculpas aceptadas.
Dos recuerdos de distinta naturaleza sensorial se quedaron marcados en mi memoria.   El primero es visual: la imagen de los toldos que servían como techo, hinchados como buches de paloma (la expresión es de mi madre) y las puñaladas profundas, lorquianas, que les daban los camareros para evitar que nos cayeran encima los efectos especiales de Los diez Mandamientos, los de Charlton Heston.  El segundo es acústico.  Aquella noche, para ahorrar el hotel, nos quedamos a dormir dentro del coche.  La idea pronto se tornó en un mal sueño de posturas inverosímiles y luego ya más netamente en pesadilla, porque cerca se encontraba el ínclito puesto de las hamburguesas Uranga, que no paró en toda la noche de vociferar machaconamente en bucle infernal: "¡Hamburguesas Uranga!, ¡Hamburguesas Uranga!, pruebe nuestras deliciosas hamburguesas y nuestros perritos calientes, ¡Hamburguesas Uranga!, ¡Hamburguesas Uranga!..."
De este retazo de mis memorias no quiero extraer ninguna moraleja, conclusión, consejo o advertencia.  Lo dejo ahí para evitar que alguien me pregunte por o me invite a ir a la feria de Sevilla.  O a comer hamburguesas.

Baila, baila, baila

Esta es una de esas novelas en las que no importa que al narrador se le vaya la mano de vez en cuando, por ejemplo, diciendo los títulos de las canciones que escucha en el coche.  O que algún personaje parezca no venir a cuento. O que algún episodio resulte demasiado efectista o inverosímil.  Da la impresión de que todo es una imperfección buscada, siguiendo la poética del wabi-sabi de la tradición estética japonesa.  Al final Baila, baila, baila, de Murakami te atrapa sin remisión y te lleva a lo que tiene que llevar toda buena narración, a hacerte preguntas sobre tu propia existencia y la de los demás, sobre el sentido del amor, del trabajo y de la amistad.  Los personajes principales, sumidos en una realidad incontestable nos conducen imperceptiblemente al terreno de lo onírico, de lo improbable, de lo metafísico casi, a un mundo que acaba siendo más real que el de los restaurantes, las playas o los apartamentos de Tokio.
Me resulta artificial y cansado colocar esta novela en un ranking de calidad, pero sin duda es de lo mejorcito del de Kioto.
Ahí van algunas citas:

- "El tiempo era un pensamiento gigantesco sobre cuya superficie llovía silenciosamente.  Desde la orilla, personas sin rostro contemplan el horizonte.  Parecía que el tiempo infinito se había convertido en una colosal madeja que flotaba en el vacío".

- "Nos movemos permanentemente. Y debido a ese movimiento nuestro, las cosas que nos rodean desaparecen.  Es inevitable. Nada permanece.  Tan sólo se quedan en nuestra conciencia".

- "Lloramos por todo lo que tú no puedes llorar".


18.4.13

Versos para el cumpleaños de Superman

Con motivo del septuagésimo quinto aniversario de la aparición del primer cómic de Superman, les dejo aquí un poema de A estas alturas, alusivo al desdichado huérfano kryptoniano.


IT´S A BIRD, IT´S A PLANE…
 
Al principio pensé que se trataba
del efecto colateral de la comida de plástico.
Luego consideré la remota posibilidad
de algún pájaro ignoto
huido de las redes de Linneo,
y que tiene por costumbre
posarse sobre las alas de los 777
A ochocientos y pico
kilómetros por hora.
 
Pero seguía ahí,
sentado en el borde del ala derecha,
desde que pasamos el anticiclón de las Azores,
enjugando con el borde de la capa azul
sus verdes lágrimas de criptonita.
 
Antes de que apagaran las luces
para que empezara la película
se acercó a mi ventana doble de poliuretano.
 
Por señas me pidió que lo dejara entrar,
con los ojos me dijo
que ya andaba harto de salvar al mundo de sí mismo
y de ser un huérfano intergaláctico.
Me suplicó ser uno de nosotros.
Yo le expliqué que las normas
internacionales de aeronáutica
impiden subir a bordo a héroes desamparados
y que todos nosotros
abonamos en su momento
el pasaje de anónimos ciudadanos,
atados por la gravedad,
a una tierra a la que sin duda
regresaremos.
 
Y allí se quedó,
aterido de soledad,
mientras el sueño aterrizaba sobre nosotros,
guiado por la consabida trama
de una emocionante película.
 
Cuando desperté
el superhéroe ya no estaba allí.

Difámese

Nada más conocerse que la Junta de Andalucía iba a poner en funcionamiento una ley para expropiar (temporalmente) a bancos y promotoras los pisos vacíos, arrancó la máquina difamadora.  Esa misma noche oí a un contertulio en televisión que esa medida le recordaba mucho al "exprópiese" del difunto presidente Chaves, alias "no me callo ni muerto".  Luego se empezó a difundir el miedo a perder el piso de la playa y de ahí podríamos llegar a la incautación de vehículos, maquinaria agrícola, ropa interior... ¿Quién sabe dónde pararía el rodillo implacable del comunismo totalitario?
Menos mal que pronto se informó al personal de que leyes mucho más duras rigen en países como Suecia, Francia o el bolcheviquísimo Reino Unido.  Y más tarde hemos sabido que allá por el 54  existía una ley del mismo jaez, dictada por el gobierno del generalísimo de todos los ejércitos y firmada quizá con una pluma pasada por el brazo incorrupto de Santa Teresa.  De modo que la ley ni es exclusivamente de izquierdas, ni nos es ajena.  Más bien parece que obedece a una emergencia social, fruto de un despropósito acaparador y especulador, que solo el capitalismo más salvaje acoge y ampara.
Ahora acaba de salir la noticia de que la misma Junta va a asegurar tres comidas a los niños de familias desfavorecidas.  A ver por dónde camina el ataque ahora.  Saldrá a relucir la sopa boba, la beneficencia, la picaresca...
Antes decir cualquier cosa que reconocer que el otro ha hecho algo bien.  Antes embarrar el río que permitir que los otros pesquen.  Antes morir que perder la vida.

17.4.13

Una horas en Corea (del sur, por supuesto)

Cuando hice escala en Seúl hace unas semanas tuve tiempo para contactar levemente con la cultura coreana.  A saber:

1.- Me comí un plato delicioso de arroz mezclado con salsas, verduras y alguna carne.  Lo tenía que aderezar yo mismo, pero cuando el camarero me vio la cara de guiri despistado, se acercó y lo hizo él muy amablemente. Estaba bastante rico y nutritivo, pero no se parece en casi nada al minimalismo y sutileza de la cocina japonesa.  Parecía una especie de paella picante y autogestionada.  Otro detalle es que usan una gran cuchara metálica y dos también metálicos y grandes palillos para ayudarse.


2.- Noté que las dependientas no permanecían mirando al frente esperando al menor gesto del cliente para atenderlo, como pasa en Japón, sino que estaban a lo suyo, chateando con el móvil.  Eran como españolas con cara de japonesa.

3.- Compré un par de libros (en inglés); uno sobre un poeta (después supe que cristiano) del que les hablaré otro día, cuando termine de leer (y comprender totalmente) sus poemas; y otro sobre Corea propiamente dicha (This is Corea, que aparece a la derecha de la bandeja de la foto de arriba).  En este último (que no terminé porque lo dejé en Japón) trata la historia, las costumbres, el idioma, etc. de forma muy didáctica y amena.  Lo más curioso (de lo que leí en el mismo aeropuerto) es que el sistema de escritura coreano es uno de los más fáciles de aprender del mundo, ya que fue mandado crear ad hoc por un rey allá por el siglo XV, para liberar al pueblo de la tortura (nunca mejor dicho) china de los ideogramas.  Por el contrario, el japonés es uno de los sistemas de escritura más de difíciles, con dos silabarios propios más lo ideogramas chinos, que se conocen como kanjis.  Como dije hace unas semanas en clase de japonés: con el tiempo que hemos tardado para medio leer en japonés hubiéramos aprendido a hablar ruso.

4.- La gente está mucho más enganchada a la tecnología, sobre todo a los móviles, que en Japón.  Supongo que sus vecinos insulares llevan ya más tiempo con esto y ya están un poco de vuelta de maquinitas.  No es que en Japón no las inventen, diseñen, construyan y usen, es que en Corea se notaba más la ilusión de la novedad, el furor del neófito.  Ah, y Samsung es Dios.  Hasta me daba cosa sacar el Iphone, no fuera ser que me dijeran algo.  Ya tenía preparada una frase relativa a que yo también tuve un Galaxy, pero no fue necesario usarla.

5.- Y sí, también andaba por allí el famoso PSY, pero en efigie.


6.- En una tienda/stand del gobierno había unos microespectáculos musicales muy interesantes.  Son unas melodías suaves, tristes y melifluas, parecidas a otras japonesas, que mi madre calificó como música "que da sueño".  Aquí les dejo unas fotos y un vídeo para que ustedes juzguen y den una cabezada si les apetece.








Y allá a su frente, Seúl.
Ah, y de misiles, ni rastro.

16.4.13

La olla exprés


Fue uno de los grandes inventos del siglo XX, junto con la lavadora, el coche, el existencialismo, la fregona y la gastronomía deconstructivista.  Pero en el XXI se ha convertido en una metáfora de la presión a la que estamos sometidos.  Todo va rápido, pitando y parece que va a estallar en cualquier momento.  Tras el atentado de ayer en Boston, la metáfora se enriquece y alcanza casi las dimensiones de un símbolo: las bombas estaban hechas con ollas exprés. 
Al lado del maratón, una carrera extenuante en la que muchas personas (no todas, por suerte) corren bajo la presión de ganar, de los récords, de la patrocinadores, de la publicidad...  no sabemos aún quién o quiénes, (si integristas islámicos, si integristas cristianos, todos con muy poca integridad moral ni ética), coloca/-n ollas exprés para acabar con la vida de inocentes, con lo que incrementan la presión de las fuerzas de seguridad, de los servicios de inteligencia, de los medios de comunicación...
La válvula de seguridad de la educación, del deporte, del ocio, de la religión, del sexo... no da abasto.  De alguna habrá que destapar todo esto antes de que el guiso se convierta en una papilla indigesta y nadie reconozca ya la carne ni las patatas.

¡Guapa! ¡Ladrona!

He aquí la opinión popular sobre una famosa cantante que acaba de ser condenada por blanqueo de capitales.
Detractores y admiradores, pero todos exaltados, provistos de signos de exclamación, puños y empujones. Si cuando Marbella (la Costa, España...) se llenó de dinero fácil y de ladrones aplaudidos, reídos y votados, el pueblo hubiera sido más ecuánime, más cabal, menos populacho, quizá no hubiéramos sufrido lo que sufrimos ni tendríamos que subirnos a las vallas de seguridad a insultar tonadilleras.  Todo tiene un tinte melodramático, folletinesco, irracional y antiestético a pesar de las guapas.
La tranquilidad puede ser tediosa, como un reloj de cuco en hora, pero estos arrebatos desaforados, estos vaivenes, desde la máxima euforia hedonista hasta el más profundo y arrebatado cabreo, ya aburren también.
Sopesen y vean:
http://www.youtube.com/watch?v=QUS8fMsmz2k

10.4.13

No estoy de acuerdo

Esa fue la repuesta que dio Woody Allen en una entrevista a la pregunta:
--¿Qué opina usted de la muerte?
--No estoy de acuerdo.
Nadie me lo ha preguntado, pero lo digo.  No estoy de acuerdo con la muerte de José Luis Sampedro.  Antes deberían/mos morirse/nos muchos otros que o no hacen nada por cambiar lo que está mal o contribuyen a empeorarlo.
He de confesar que no fui un gran seguidor de su obra literaria (La sonrisa etrusca y algo más, no lo recuerdo, la verdad), pero sí me pareció un valiente pensador contemporáneo, sin las ínfulas iniciáticas de los filósofos.  Es lo que pasa a veces cuando al gente se dedica a lo que no es lo suyo, que acaba abriendo puertas, cerrando conventículos y desbrozando la paja lastrante y academicista.  Un amigo profesor de lengua me contó una vez que nunca había explicado tan bien como cuando le tocó dar clase de historia contemporánea.
algunas de sus ideas:
Ojalá exista la reencarnación acelerada y exista ya otro Sampedro pululando por las aulas de la universidad o, por lo menos, de los institutos, que no nos va a dar tiempo a muchos a disfrutarlo.
Les dejo con algunas de sus ideas:
- "No hemos aprendido a vivir como humanidad.  La humanidad está por hacer".
- "Nos gobiernan a través del miedo".
"Lo monstruoso es que no hay duda de que la crisis empezó por el abuso de los financieros. Se pillaron los dedos y ahora quieren recapitalizar la banca estrujando a la gente. No les importa privar a los pueblos de dinero que podrían aplicar para sus obras, o perjudicar a la educación pública que da oportunidades a la gente. No les importa que se privaticen bienes nacionales para que les paguen a ellos, no. Ellos quieren cobrar".
" El mercado está en manos de los poderosos. Dicen que el mercado es la libertad, pero a mí me gustaría saber qué libertad tiene en el mercado quien va sin un céntimo. Cuando se habla de la libertad hay que preguntarse inmediatamente: ¿la libertad de quién?"

8.4.13

Reality calé

No sé si mucha gente se habrá enterado de que hoy es el Día Internacional del Pueblo Gitano.  De otros días internacionales nos empachamos, pero de este...
Cuando yo era niño (creo que ya lo conté otra vez), los gitanos eran para nosotros el chivo expiatorio perfecto.  Siempre que hacíamos alguna trastada (romper un cristal con una pelota o así) nos quedábamos como don Tancredo en el sitio y decíamos a la señora que salía escandalizada:
--Han sido unos gitanos que han salido corriendo por ahí.
Y señalábamos un callejón que conducía al lado malo del barrio.
Lo interesante del caso es que, con motivo de este día internacional, he oído en la radio una historia especialmente interesante, que, por supuesto habrá que confirmar plenamente.
Hace unos cuantos años el programa de Cuatro 21 días grabó un robo de chatarra a cargo de unos jóvenes del poblado chabolista de El Vacie en Sevilla.  Según la persona que ha hablado en el programa (en la SER), Samanta Villar animó a los gitanos a realizar el hurto para grabarlo. Al parecer (repito y según la persona que ha hablado en el programa), la periodista simulaba dormir en la chabola, pero lo hacía en un hotel y cobró no sé qué enorme cantidad de euros, de los que le dio 100 a la familia. 
Posteriormente, cuando el asunto llegó a los tribunales, Samanta Villar logró el sobreseimiento porque la fiscalía no encontró indicios de intencionalidad ni conocimiento previo.    Mientras tanto, una de las muchachas acusadas y juzgadas acaba de ingresar en prisión (de manera irregular y antinormativa, según siempre este hombre) y ha tenido que abandonar a sus hijos y la compañía de teatro con la que representaba La casa de Bernarda Alba por media España.
Cosas veredes.  Todo muy extraño y sospechoso, habida cuenta además de que la noticia la ha dado una cadena radiofónica afín o hermana de la cadena televisiva de marras.
Payos y calés bailando la danza sin fin de la España de Lorca, el prime time y la justicia lenta y/o ineficaz.
Mucho camelo en medio de tanto reality.

7.4.13

Películas de altura

Perdón por el equívoco intencionado.  No voy a hablar de grandes películas, de clásicos, de películas profundas o de calidad, sino de las que vi en el avión de París a Seúl (y viceversa) a nueve mil metros de altitud:

La vida de Pi
Ya no recuerdo ni lo que me esperaba de esta película.  Primero pensé que iba a ser mágica, luego creí que sería un pastiche y al final no es ninguna de las dos cosas.
Se trata de una cinta entretenida, con una buena fotografía, a veces demasiado afectada, que promete mucho en los preliminares de la historia propiamente dicha, en los que se abordan cuestiones filosóficas y religiosas de manera didáctica e interesante, pero que luego va desplazándose hacia lo fantástico sin llegar a sumergirse totalmente en lo inverosímil.
Si no son muy exigentes y tienen tiempo libre, pueden ir a verla.  No tendrán la sensación de que los estén timando.


El lado bueno de las cosas
Con esta me pasó tanto de lo mismo.  Creía que iba a ser una comedia ñoña, luego no lo parecía, pero al final no llegó a la profundidad que presumí cuando la película llevaba diez minutos.  Una película aceptable, que no explora suficientemente el problema que aborda (bipolaridad) porque cae presa de las exigencias del público, merced a una historia de amor más o menos previsible.


Django Unchained
Cada día que pasa este señor me recuerda más a Almodóvar, es decir, un director que puede hacer cosas divertidísimas, bien contadas, profundas a ratos, pero que cuando menos te lo espera, se instala en el kitsch y de ahí no hay quien los saque.  Tras los magistrales Reservoir Dogs, Pulp Fiction y, en mi opinión, que no la de todos, lo sé,  Jackie Brown, Tarantino ingresó en el terreno de lo, por lo menos, discutible.  A la casi parodia en dos entregas del cine de mascadas y puñetazos orientaloides se suma ahora esta del spaghetti western.  No digo que no haya tres o cuatro momentos graciosos, un par de personajes de gran ingenio, que no calado, pero de ahí a tragarse no sé cuántas horas (y mira que no tenía nada mejor que hacer) de venganzas infinitas y tiroteos pantraguélicos, sazonados con infinidad de primeros planos de amartillamiento de gatillos, hay un abismo.
Me da la impresión de que a Tarantino le interesa más el hecho de contar por contar y divertirse él que la trama, la coherencia, la verosimilitud y, por supuesto, el mensaje.  Es una opción como cualquier otra, pero a mí no me interesa.
4  Notas matizadoras:
1.- Actores: Muy bueno Samuel L. Jackson haciendo de negro vil y servil; convincente Di Caprio (veremos cómo queda con respecto a Redford en la versión de El gran Gatsby; será su prueba de fuego).  Una oreja para Christophe Waltz.
2.- Paranoia de profesor: me pareció que la primera escena de la liberación de los presos se parecía un poco a la del Quijote, mezclada con el encuentro nocturno de otro capítulo del mesmo libro.  No me hagan caso, quizá era el efecto de la altura en mis presurizadas neuronas.
3.- La vi en italiano que, pensé, es el lenguaje más adecuado para un spaghetti western, con subtítulos en coreano.  Esto hizo que en algunos momentos se usaran algunas palabras que me recordaban más aún al Quijote, pero, como les digo, no me hagan mucho caso con esta teoría loca de Cervantes y Tarantino.
4.- Lo mejor de la película, la escena de los miembros del Ku Klux Klan que no veían tres en un burro con las caperuzas blancas que les habían cosido sus mujeres.

Won´t back down:
A muchos les traerá sin cuidado esta historia, pero a los docentes le parecerá interesante.  Plantea un dilema que, en principio, es ajeno a la estructura del sistema educativo español, pero que quizá toca unas fibras interesantes.  El asunto es que una madre combativa, tipo Erin Brockovich, quiere cambiar la didáctica y el funcionamiento de un colegio de Pennsylvania para que su hija reciba educación especial por dislexia.  Y he aquí que choca contra el inmovilismo de la burocracia y de los sindicatos de profesores.  Mis colegas seguro que ya están empezando a interesarse más por lo que estoy contando, pero el resto de los lectores ya estará cliqueando para salir de este blog.
La dicotomía calidad/sindicatos no se da en España en el caso de los dos grandes (CCOO y UGT), pero en el resto sí, ya que está poniéndola en cuestión de manera sistemática e injustificada.  Pues deben saber que en esta película son los malos.
Por lo demás está bien interpretada y contada, de manera efectiva, sin salirse casi nada (un par de besos y algún enamoriscamiento) de su objetivo de denuncia.  En resumen, la mejor de las que vi a aquellas alturas.
(Ignoro si esta película se ha estrenado en España.  Tampoco recuerdo si la vi en inglés o en español hispanoamericano)


NOTA FINAL: Anoche una persona altamente fiable me recomendó que viera Searching for Sugar Man. A ver si termino de deshacer maletas y puedo llegarme un día de estos.

6.4.13

He venido aquí a hablar de mi libro

Valga esta cita egocéntrica y mercantilista del difunto Umbral para darles una noticia editorial hispano-nipona.
La editorial Akashi de Tokio edita unos manuales/guías sobre distintos países.  Acaba de salir uno sobre España, con sesenta artículos escritos por distintos autores japoneses y españoles.  Hace unos meses el profesor Shoji Bando, de la Universidad de Estudios Extranjeros de Kioto (Kioto Gaidai), me pidió que escribiera algunos de ellos (en español of course, para su posterior traducción).  Así lo hice y hace unos días me entregó en Kioto un ejemplar, que es el que se ve en esta foto.


A mí me tocó escribir sobre la nobleza en España en la actualidad, la pobreza de la ciencia en España, la generación de jóvenes sin empleo y la recepción de la literatura japonesa en España, con un apartado especial sobre Haruki Murakami.
Dos cosas están claras:
a) para mí suponen un honor y una satisfacción enormes que en aquel país haya gente tan interesada en el nuestro y que, encima, yo sea uno de los que les cuenta cómo es.
b) que no entiendo casi nada de lo que he escrito, a pesar de mis incipientes estudios de la lengua japonesa. Mi profesora me ha traducido la minibiografía que hay al final y dice que dice que soy poeta, profesor y no sé qué más, que trabajo en un instituto (público) llamado Al-Baytar y que estudié en la Universidad de Málaga (pública también).


Sirva esto también de camino para reivindicar la calidad de la educación pública española, que puede llegar hasta donde nosotros nos propongamos, a no ser que nos recorten aún más las alas, los pies y/o las aletas.
No quiero terminar esta entrada pseudoautopublicitaria (1)  sin agradecer al profesor Bando la confianza depositada en mí y a nuestra corresponsal en Japón el haberme abierto estas puertas y ventanas que miran siempre hacia el amanecer.

1) Sin ánimo de lucro, pues muchos de ustedes no van a entender ni, en consecuencia, comprar el libro del que hablo, a no ser que sean unos fetichistas bibliófilos incorregibles.

Tras la gran pausa

El salto desde la última entrada hasta esta ha sido tremendo, veinte días sin asomarme a este Monte Coronado.  Las razones han sido básicamente dos, el final del trimestre, cargado de tareas administrativas hasta los topes, y el viaje a Japón, que concluyó ayer por la noche con la única baja de una maleta que ya ha llegado esta mañana de París.
El viaje en sí me ha hecho confirmar mi admiración, respeto y cariño por aquel, ya de todos ustedes conocido, país.  La limpieza, la exactitud, la profesionalidad, la amabilidad... no han faltado tampoco esta vez.  Además he tenido la suerte de coincidir en pleno con la floración de los cerezos o sakuras.  Los que me siguen en Twitter han podido ver ya muchas fotos y han podido comprobar que no exageran quienes hablan de la belleza de este momento y de la comunión del pueblo japonés con estos escasos e intensos días que la naturaleza ofrece, entre los rigores del invierno y los tifones y sopores del verano.
Valga esta entrada, pues, para ejercer lo que los lingüistas y semiólogos llaman la función fática o de contacto.
Aquí seguimos y cuando vaya deshaciendo maletas y centrándome en este santo país de infantas perseguidas y calles que aún chirrían por la cera que ardió y se derramó, volveré a contarles detalles, reseñas, reflexiones y proyectos relacionados con este blog y con otras cosas de las vida.
Les dejo algunas fotos de Osaka y alrededores, todas hechas a golpe de móvil.

Cerezos y rascacielos en Osaka.

Cerezos en Neyagawa, Osaka.

Lámpara en santuario sintoísta de Neyagawa, con autorretrato reflejo.

Fotógrafa de un bautizo en santuario sintoísta de Kobe.